10 de octubre al 15 de diciembre de 2024

Exposición colectiva «Tras la geometría» de Arancha Goyeneche, José Guerrero y Cristina Silván

 

Esta exposición investiga la convivencia de las formas y el color con los artificios de la razón, la naturaleza y los enigmas. Se plantea así a tres artistas de hoy qué se esconde tras sus geometrías. Se presenta en la Casa del Almirante de Fundación María Forcada en Tudela, Navarra, el 10 de octubre, la exposición estará abierta al público del 10 de octubre al 12 de diciembre de 2024.

Alejandro J. Ratia. (Comisario)

La geometría ha estado asociada, desde el inicio de la Modernidad, a la abstracción, a las hipótesis más extremas de la autonomía del arte.
Asumiendo el modelo de relación entre la música y el sonido, el color o la línea se planteaban como bases de la pintura. “Las obras matematizadas, al modo Mondrian -dirá Adorno- son hostiles a la expresión y se inclinan hacia la racionalidad”.
Una racionalidad que esconde, desde el principio, rasgos esotéricos. Tras la Segunda Guerra Mundial el arte Neoconcreto se teorizará en oposición a los expresionismos abstractos. Las tendencias ópticas y cinéticas plantean una delegación del artista en los mecanismos perceptivos, en la interacción con el espectador. Parece que se trate de vaciar de ego la sustancia
del arte y excluir también la descripción o imitación de la naturaleza.
La arquitectura o la ciencia pura se suman a la música como disciplinas modelo.
Desde el movimiento Neo-Geo, años ochenta, en los territorios altamente contaminados del arte reciente, la geometría reaparece en modos muy diversos, desde la mística a la parodia. El formalismo pasa a ser un disfraz y esconderá una narrativa, o incluso una fábula, una historia preñada de simbolismo.

ARANCHA GOYENECHE
(Santander, 1967)
Lleva tiempo trabajando en la pintura por medios no convencionales. Fue crucial que se cruzarán en su camino las cintas de vinilo autoadhesivo. Este material deriva de modo inmediato hacia la geometría, la restricción cromática y la planitud. Además, ha sumado con éxito a sus obras los tubos fluorescentes, aportando cualidades espaciales inéditas, introduciendo la luz como actor. Pero detrás de todo ello se halla el recuerdo de la naturaleza, del paisaje, las propiedades de la memoria visual, ese tipo de impresiones que no sabe satisfacer la mera representación. Las limitaciones autoimpuestas se reconducen en sus exposiciones a una intensificación de los sentidos. Las secuencias de tiras de color codificado, con sus leves alteraciones angulares juegan con la percepción, pero también con la memoria afectiva.
Agradecimientos: Galerías Siboney (Santander), Set
Espai d’art (Valencia) y Llamazares (Gijón)

JOSÉ GUERRERO
(Granada, 1979)
Es uno de los fotógrafos imprescindibles del momento. Su trabajo ha ido entregándose en sucesivas series cada vez más depuradas. Le interesan, dice, “los lugares que forman parte de nuestro imaginario colectivo”. Paisajes, arquitecturas, pero también iconos culturales. La serie BRG arranca en 2019 e invita a la confusión de géneros. Parece, de primeras, un ejercicio pictórico más que fotográfico, construido con planos limpios de color, en los que las sombras delatan el espacio y el tiempo, y geometrías fuera de plano. Es un homenaje a la arquitectura del mexicano Barragán. Guerrero comienza fotografiando in situ los edificios, pero pronto pasa a trabajar sobre maquetas, fabricadas por él mismo. Esto suma un factor de ficción a estas geometrías. Remite también a esa afinidad entre abstracción pictórica y arquitectura planteada por las vanguardias clásicas, pero resuelta ahora desde la conciencia de la propia arquitectura como disciplina poética y fabuladora.
Agradecimiento: Galería Alarcón Criado (Sevilla)

CRISTINA SILVÁN
(Pamplona, 1975)
Su geometría siempre ha sido un territorio habitable.
Los colores planos adquieren la condición de personajes. Las formas nos resultan viejas conocidas.
No obstante, se impone una complejidad creciente, que introduce lo narrativo dentro de lo abstracto. Los límites de la pintura se traspasan de continuo, recurriendo al volumen, y además, en sus obras conviven sombras reales y fingidas. Las líneas adquieren una condición fantasmal cuando se pierden en el mismo color del que están hechas y ya sólo persisten en la imaginación. Es toda una teoría de los límites la que se plantea en sus últimas propuestas.
Un ejercicio de equilibrio que parte, de modo irreversible, del desequilibrio, del accidente y al que se responde con un orden reinventado en cada nueva obra.
Cristina Silván se encuentra cómoda creando inquietud visual en el espectador, interactuando en los espacios. Y tal como volverá a demostrar en esta exposición, es también amiga de las intervenciones específicas.
Agradecimiento: Galería Antonia Puyó (Zaragoza)

Galería

Otras exposiciones

RAFA MUNÁRRIZ

Del 30 de abril
al 7 de junio

Ver detalles

MERCHE BLASCO

19 de julio
.

Ver detalles

CARLOS IRIJALBA

Del 10 de septiembre
al 29 de noviembre

Ver detalles