Ouka Leele. Inédita.
Exposición que muestro 64 obras, de medio y gran formato, de Ouka Leele, Premio Nacional de Fotografía 2005.
La muestra ofreció una oportunidad única para conocer el lado más oculto de la obra fotográfica de la artista a través de un recorrido por 64 obras de gran diversidad, unidas por un nexo en común, su carácter inédito; este proceso de selección, permitio a la artista realizar una nueva mirada hacia el pasado fotográfico de sus instantáneas.
La exposición celebra la madurez artística alcanzada por Ouka Leele, tras tres décadas de trabajo. Las imágenes seleccionadas reflejan el dominio técnico y la constante creatividad, son una perfecta síntesis para entender las diferentes etapas de la fotógrafa: sus imágenes en blanco y negro, sus pioneras obras coloreadas y sus últimos trabajos donde asumió el punto de inflexión digital en la fotografía.
La inquietud artística de Bárbara Allende Gil de Biedma (nombre real de Ouka Leele) se manifestó muy pronto. Pasó su infancia entre Madrid y San Rafael, donde el bosque la impresionó profundamente y quizá para siempre. Creció rodeada de fuertes estímulos estéticos que no tardaron en despertar una sensibilidad artística temprana, natural y considerablemente intensa. Cuenta la propia Ouka Leele que muy pronto supo que quería ser aprendiz de la naturaleza, como lo fueron los pintores que descubrió en El Prado, otra fuente de estímulos que será determinante en el desarrollo de su imaginario personal. La artista llega a referirse a este museo como “templo de mis emociones”.
Una grave enfermedad en la adolescencia la enfrentó de manera crucial con la muerte. La superación de esta circunstancia generó en su espíritu un intenso amor por la vida que se sigue intuyendo hoy en su obra, pero que alcanza una expresión palmaria en estos versos de juventud: “Qué bonito es / que se me llenen los pulmones de aire / que se me clave la luz en los ojos / que se me meta el olor de las flores hasta las venas / que me lata el corazón de emoción / que se me ponga roja la cara / por un sentimiento”.
Madrid, en los años 80, estaba en plena movida y fue normal que un espíritu creativo como el de Ouka Leele –por aquel entonces Ouka Lele, con una sola “e”- se integrara con pasión en el ambiente artístico. De esta forma, generará una pletórica actividad que la impulsará a extender su ámbito de actuación hacia el extranjero y hacia otras disciplinas artísticas como el dibujo, la serigrafía, la pintura y la literatura. Poco después, se instalará en París, pasará largas temporadas en Mallorca, será madre en 1990, triunfará en Arco y se convertirá en Ouka Leele –con una “e” más-.
En la última década, que podría considerarse la de su consagración definitiva, ha recibido los galardones más importantes de su carrera: en 2004, el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid, y en 2005, el Premio Nacional de Fotografía. En la